LA VIDA ES DE TODOS LOS COLORES

Textos y poemas, propios y ajenos, reflexiones, sentimientos hechos palabras, intenciones nacidas en lo profundo del alma, susurro o gritos, a veces silencios, canciones que hablan por mi..








14 de junio de 2010

La conversación

Raimon Panikkar nació en Barcelona en 1918, hijo de madre catalana y padre hindú. Es ordenado sacerdote en 1946 en Roma. Permanece en Europa hasta 1955 y viaja a la India por primera vez en su vida. Empieza la difusión de doctrinas espiritualistas ecuménicas. Ejerce también como investigador en la Universidad de Mysore y en la Universidad de Varanasi. En 1966 es nombrado profesor de la Harvard Divinity School y durante veinte años compagina su tiempo entre India y Estados Unidos. De 1971a 1978 es profesor de estudios religiosos en la Universidad de California, Santa Barbara. Sus estudios los dirige a la especialización en Cultura India, de Historia y de Filosofía de las Religiones. Licenciado en Ciencias Químicas por la Universidad de Barcelona y en Filosofía por la Universidad de Madrid, donde en el año 1946 obtuvo su grado de Doctor en Filosofía. En 1958 obtiene el Doctorado en Química por la Universidad de Madrid. Su pensamiento es un punto de encuentro entre Oriente y Occidente. Su obra es profunda, dotada de riqueza de lenguaje y con una multidimensionalidad de enfoques, característica que le distingue de sus detractores. Usa el lenguaje en su dimensión rica, plural y abierta, en donde las palabras son símbolos. El símbolo lo concibe como expresión de la realidad y la palabra expresa el arquetipo de la realidad simbolizada. La realidad es siempre más rica que cualquier teorización o conceptualización. Su filosofía no promueve sólo el amor a la sabiduría, sino también la sabiduría del amor. Su pensamiento rompe diferenciación entre filosofía y teología. Busca diálogos abiertos entre las divergentes experiencias religiosas de Oriente y Occidente, Norte y Sur. La discrepancia intelectual con su hermano filósofo Salvador Panikkar ha enriquecido y acercado al público general a un debate a la vez fraternal, religioso y filosófico. Actualmente reside en Tavertet, Catalunya.
No es que dé pánico todo lo que dice, más bien da vértigo asomarse a sus escritos, de lo profundos que  son. Panikkar siempre plantea vida práctica He aquí una pequeña parcela de su sabiduría, de un tema tan simple apartado en las costumbres del hombre posmoderno: La Conversación.
Me parece que el hombre tiene mucha razón cuando dice que: 
“Una conversación no es una repetición de un trozo de vida, es la vida misma. Incluso cuando estás contándole a alguien el episodio másascendente de tu existencia, la vida sigue transcurriendo en ese instante: pasa una ambulancia, ladra un perro, pita un coche… Y el que tienes enfrente te está escuchando, por intrascendente que sea lo que le estás contando, te está escuchando. Y luego intercambiará contigo otro episodio de su vida, que, por intrascendente que sea, también tú escucharás. Y así, de intrascendencia en intrascendencia, la vida continúa. Y ambos habremos entendido que no siempre hay que estar hablando de cosas serias, que las cosas intrascendentes, llevadas a un diálogo en el que se habla y se escucha de veras, adquieren trascendencia. El camino es la desintoxicación de uno mismo, para que de esta forma el amor brille. Una conversación, una auténtica conversación, independientemente de su contenido, de la aparente importancia o trascendencia de su contenido, es por sí misma un episodio vivo, un momento de convivencia, de vivencia común con el otro. Y en ese momento, el tiempo empleado en la conversación adquiere toda su trascendencia, cobra una nueva dimensión, se convierte, emocionado, en un momento importante, único, mágico, que de alguna manera influye en el cosmos; porque, si una mariposa que vuela en Malasia puede provocar un huracán en Honduras, una superficial conversación en Barcelona puede provocar una honda impresión en Barcelona, en las mismas personas que la están hablando. Conversemos, pues. Y no hagamos como los políticos en campaña, que debaten, pero no conversan, discuten, pero no dialogan, hablan, pero no se escuchan. Una verdadera conversación no es una repetición de un trozo de vida, sino algo inédito. Por eso voy al diálogo a vivir, a convivir, a redimir un intervalo de tiempo, un pedazo de cosmos"

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