LA VIDA ES DE TODOS LOS COLORES

Textos y poemas, propios y ajenos, reflexiones, sentimientos hechos palabras, intenciones nacidas en lo profundo del alma, susurro o gritos, a veces silencios, canciones que hablan por mi..








30 de septiembre de 2010

Invitación:



PILAR SORDO en Rosario
Conferencia: "Viva la Diferencia"
Viernes 1 de Octubre,  21 Hs.
Teatro Fundación Astengo
Mitre 754 - Rosario
Tel. (0341) 448-1150 / 448-3068
Santa Fe - República Argentina.


Pilar Sordo es una psicóloga especializada en distinas áreas, autora de tres best sellers, producto de sus investigaciones y su experiencia clínica, fundamentalmente con parejas y adolescentes.

Pilar también lideró grupos de recuperación emocional tras el terremoto en Chile en febrero de este año y fue una de las primeras personas en llegar hasta la mina de Copiapó, apenas los mineros quedaron atrapados, para dar contención a la familia de estos hombres. Sus libros “Viva la Diferencia”, “Con el Coco en el diván”, “No quiero crecer” y “Lecciones de seducción”, la posicionaron como una de las profesionales más prestigiosas de su país por la forma de encarar cada una de las temáticas que aborda en estos textos.
Sus conferencias han sido difundias a través de Youtube, debido a la intensa visita a sus videos y la difusión boca a boca, organizaciones no gubernamentales y editoriales han invitado a Pilar Sordo a realizar una gira latinoamericana para hacer conocer su visión y diagnostico del estado de las familias en la actualidad.
Si bien tenemos distintas nacionalidades los latinos no somos tan distintos. Pilar Sordo tiene una critica certera y plantea soluciones sencillas y amorosas hacia la reconstrucción de las relaciones interfamiliares y conyugales.

21 de septiembre de 2010

En el corazón de todos los inviernos vive una primavera palpitante.

El dulce milagro
Juana de Ibarbourou


¿Qué es esto? ¡Prodigio! Mis manos florecen.
Rosas, rosas, rosas a mis dedos crecen.
Mi amante besóme las manos, y en ellas,
¡Oh gracia! brotaron rosas como estrellas.
Y voy por la senda voceando el encanto
y de dicha alterno sonrisa con llanto,
y bajo el milagro de mi encantamiento
se aroman de rosas las alas del viento.
Y murmura al verme la gente que pasa:
-¿No veis que está loca? Tornadla a su casa.
¡Dice que en las manos le han nacido rosas
y las va agitando como mariposas!
¡Ah, pobre la gente que nunca comprende
un milagro de éstos y que sólo entiende,
que no nacen rosas más que en los rosales!
¡Y que no hay más trigo que el de los trigales!
Que requiere líneas y color y forma
y que sólo admite realidad por norma.
Que cuando uno dice: -voy con la dulzura,
de inmediato buscan a la criatura.
Que me digan loca, que en celda me encierren,
que con siete llaves la puerta me cierren,
que junto a la puerta pongan un lebrel,
carcelero rudo, carcelero fiel.
Cantaré lo mismo: -Mis manos florecen.
Rosas, rosas, rosas a mis dedos crecen.
¡Y toda mi celda tendrá la fragancia,
de un inmenso ramo de rosas de Francia!

20 de septiembre de 2010

Recuperar la mesa

Yo no se si se han dado cuenta pero los jóvenes tienen muchos problemas para expresarse y para tener conversaciones fluidas sobre todo cuando se refiere a temas de “adultos” o de información de cultura general.
Quizás una de las razones que llevan a eso es la poca importancia que le damos a la mesa como centro de conversación y de comunión y la dificultad que tenemos muchas familias para sentarnos en ese lugar para compartir y además para comer.
Cuando nos sentamos en la mesa, en ese lugar hay una silla en la cual se sientan siempre mis hijos y que cuando ellos no están, esas sillas quedan vacías. Con esto ellos donde estén se sienten seres importantes y por sobre todo irremplazables.
Si a eso le agregamos el maravilloso concepto de esa sobremesa, casi desaparecido, esa conversación cuando ya no queda nada de comer o se comen los restos, donde parecen historias, posturas frente a temas complicados y donde desarrollamos la capacidad para escuchar, para aprender del otro, para conocer nuestra historia familiar, para reírnos , para enrabiarnos y perdonarnos, haciéndonos sentir que a pesar de todo la familia está ahí.
Quizás con estos dos elementos podríamos volver a desarrollar en nuestros jóvenes la capacidad de conversar desde el amor y desde la incondicionalidad. Donde aunque haya tensión y conflicto también aparecen las formas de solucionarlos.
Sin duda la mesa es un lugar de crecimiento, de encuentro y de conocimiento mutuo. Un lugar donde no importa lo que comamos, es más un lugar donde nos encontramos no sólo con los otros, sino con nosotros mismos y con la esencia de nuestra historia.
Pilar Sordo - Psicologa Chilena

15 de septiembre de 2010

ME DOY PERMISO PARA...

Me doy permiso para separarme de personas que me traten con brusquedad,
presiones o violencia, esas que me ignoran, me niegan un beso, un abrazo...
No acepto ni la brusquedad, ni mucho menos la violencia,
aunque vengan de mis padres, de mi marido/esposa, hombre o mujer.
Ni de mis hijos, ni de mi jefe, ni de nadie.
Las personas bruscas o violentas quedan ya,
desde este mismo momento fuera de mi vida.
Soy un ser humano que trata con consideración y respeto a los demás.
Merezco también consideración y respeto.
Me doy permiso para no obligarme a ser “el alma de la fiesta”,
quién pone el entusiasmo en las situaciones, ni ser la persona que pone el calor
humano en el hogar, la que está dispuesta al diálogo para resolver
conflictos cuando los demás ni siquiera lo intentan.
No he nacido para entretener y dar energía a los demás a costa de agotarme yo,
no he nacido para estimularles con tal de que continúen a mi lado.
Mi propia existencia, mi ser; ya es valioso.
Si quieren continuar a mi lado deben aprender a valorarme.
Mi presencia ya es suficiente, no he de agotarme haciendo más.
Me doy permiso para no tolerar exigencias desproporcionadas en el trabajo.
No voy a cargar con responsabilidades que corresponden a otros y que tienen tendencia a desentenderse.
Si las exigencias de mis superiores son desproporcionadas hablaré con ellos clara y serenamente.

Me doy permiso para no hundirme las espaldas con cargas ajenas
Me doy permiso para dejar que se desvanezcan los miedos que me infundieron
mis padres y las personas que me educaron.
El mundo no es sólo hostilidad, engaño o agresión:
hay también mucha belleza y alegría inexplorada.
Decido abandonar los miedos conocidos y me arriesgo a explorar las aventuras por conocer.
Más vale lo bueno que ya he ido conociendo y lo mejor que aún está por conocer.
Voy a explorar sin angustia.
Me doy permiso para  no agotarme intentando ser una persona excelente.
No soy perfecta/o, nadie es perfecto y la perfección es oprimente.
Me permito rechazar las ideas que me inculcaron en la infancia intentando
que me amoldara a los esquemas ajenos, intentando obligarme a ser perfecto/a.
Un hombre sin fisuras, rígidamente irreprochable. Es decir, inhumano.
Asumo plenamente mi derecho a defenderme, a rechazar la hostilidad ajena,
a no ser tan correcto como quieren; y asumo mi derecho a ponerles límites
y barreras a algunas personas sin sentirme culpable.
No he nacido para ser la víctima de nadie.
Me doy permiso para  no estar esperando alabanzas,
manifestaciones de ternura o la valoración de los otros.
Me permito no sufrir angustia esperando una llamada de teléfono,
una palabra amable o un gesto de consideración.
Me afirmo como una persona no adicta a la angustia.
Soy yo quien me valoro, me acepto y me aprecio
No espero a que vengan esas consideraciones desde el exterior.
Y no espero encerrado o recluida/o ni en casa, ni en un pequeño círculo de personas de las que depender.
Al contrario de lo que me enseñaron en la infancia,
la vida es una experiencia de abundancia.
Empiezo por reconocer mis valores.
Y el resto vendrá solo. No espero de fuera.
Me doy permiso para no estar al día en muchas cuestiones de la vida.
No necesito tanta información, tanto programa de ordenador, tanta película
de cine, tanto periódico, tanto libro, tantas músicas.
Decido no intentar absorber el exceso de información.
 Me permito no querer saberlo todo.
Me permito no aparentar que estoy al día en todo o en casi todo.
Y me doy permiso para saborear las cosas de la vida
que mi cuerpo y mi mente pueden asimilar con un ritmo tranquilo.
Decido profundizar en todo cuanto ya tengo y soy.
Con lo que soy es más que suficiente. Y aún sobra.
Me doy permiso para ser inmune a los elogios o alabanzas desmesurados:
las personas que se exceden en consideración resultan abrumadoras.
Y dan tanto porque quieren recibir mucho más a cambio.
Prefiero las relaciones menos densas.
Me permito un vivir con levedad, sin cargas ni demandas excesivas.
No entro en su juego.
Me doy el permiso más importante de todos: el de ser auténtica/o.
No me impongo soportar situaciones y convenciones sociales que agotan,
que me disgustan o que no deseo. No me esfuerzo por complacer.
Si intentan presionarme para que haga lo que mi cuerpo y mi mente no
quieren hacer, me afirmo tranquila y firmemente diciendo que NO.
Es sencillo y liberador acostumbrarse a decir “NO”.
Elijo lo que me da salud y vitalidad.
Me hago más fuerte y más sereno cuando mis decisiones las expreso como
forma de decir lo que yo quiero o no quiero, y no como forma de
despreciar las elecciones de otros.
No me justificaré: si estoy alegre, lo estoy; si estoy menos alegre, lo estoy;
si un día señalado del calendario es socialmente obligatorio sentirse feliz,
yo estare como estaré.
Me permito estar tal como me sienta bien conmigo mismo y no
como me ordenan las costumbres y los que me rodean:
Lo “normal” y lo “anormal” en mis estados emocionales lo establezco yo.

AUTOR: Joaquín Argente

2 de septiembre de 2010

Reflejo:

“El reflejo del desarrollo energético interno, junto al grado de perfección fortalecido, es lo que finalmente define el carácter y el nivel de conciencia alcanzado por una persona”

Verdadera naturaleza

"Por haber sido creados a imagen y semejanza de Dios,deberíamos ser la personificación de la verdad, el amor,
la bienaventuranza y por lo tanto de lo infinito.
Tenemos la capacidad de emprender la búsqueda
de quiénes somos realmente, pero...
 
 
 
 
 
 

 
 
 
 
 
¿nos hemos dado cuenta de nuestra verdadera naturaleza?"