LA VIDA ES DE TODOS LOS COLORES

Textos y poemas, propios y ajenos, reflexiones, sentimientos hechos palabras, intenciones nacidas en lo profundo del alma, susurro o gritos, a veces silencios, canciones que hablan por mi..








30 de julio de 2010

Porque nos enfermamos de amor*

Según lo que se piensa o desea, el amor y la felicidad deberían ir siempre de la mano. Sin embargo, muchos de los sufrimientos que generan las relaciones amorosas tienen origen en la idea errónea que se tiene de este sentimiento.Considerar que el amor llega a nuestras vidas solo para gratificarnos y conducirnos a una vida perfecta, es lo que conduce a situaciones enfermizas y adictivas.
Al vínculo de pareja, se lo nutre de una expectativa de felicidad instantánea que proviene de un deseo de elevar nuestro sentimiento tras una prolongación ilusoria del enamoramiento. El enamorado no ve al otro en su totalidad, sino que el otro suele funcionar como una pantalla, en la cual se proyectan aspectos idealizados, ahí radica básicamente el nido de conflictos posteriores.
Los sentimientos, a diferencia de la pasión, o del encanto del flash del enamoramiento, son mas duraderos y están anclados a la percepción de nuestra realidad diaria .
El amor verdadero se caracteriza por importarle el bienestar del otro.
El amor como el bienestar que invade cuerpo y alma y que se afianza cuando puedo ver al otro sin querer cambiarlo. Una relación vinculante en la que cada uno es el bienestar que tiene a su  lado y que el otro/a puede sentir como tal y viceversa.
El amor verdadero provoca  placer, placer por estar con alguien, que se ocupa de que uno/a este bien, que capta lo que necesitamos y que disfruta al dárnoslo, todo esto y más es lo que hace al amor.
Por lo que iniciar una pareja, es algo mas que tomar una decisión. Es algo que ocurre cuando nos sentimos unidos a otro/a,  de una forma diferente, desde el placer que nos genera el estar con el otro/a, y decidimos llevar adelante nuestra vida con esa persona, y día a día se disfruta del gusto de estar juntos.
Saber encontrar un compañero/a no es fácil, porque encontrarlo es poder nutrirlo con nuestra energía y viceversa, y que esta acción sea para ambos crecimiento personal.
El filosofo Welwood dice:el verdadero amor existe, cuando amamos por lo que sabemos que esa persona puede llegar a ser, no solo por lo que ¡es!”.
Estar pendiente del otro/a, cuidar de sus dolores, tener en cuenta sus intereses, hacerle saber que es amado/a y que uno/a esta para acompañarlo/a, todo esto se transforma en factor fundamental. Estamos entregados al otro/a, reconociendo que esa ha sido nuestra elección. Esto de la entrega, no quiere decir que van a negarse los espacios independientes que tiene cada uno/a de los miembros de la pareja. Los espacios propios, las actividades individuales son primordiales, es necesario reconocer que puedo amar al otro/a si me amo a mi mismo.
Los malestares en una pareja comienzan, cuando no se puede expresar el dolor o molestias generadas por el vínculo. Comprender al “niño herido” del otro, preguntarle que le pasa y tratar de entenderlo es permitirle a ese hombre, a esa mujer abrir su corazón.
Actualmente se tiene muy poco contacto con uno mismo, porque vivimos en una vorágine de responsabilidades, que no nos permiten analizarnos desde nuestro interior, o hace que resulte más fácil, ver lo que le pasa a otro, que preguntarnos de donde surgen o aparecen nuestros propios conflictos.
Lo ideal sería preguntarnos que damos por la pareja en el transcurso de nuestros días.
Ninguna persona en este mundo esta para cumplir con las expectativas de los demás, si no para ser quien es. Cuando se cae en el error de esperar, o pedir al otro/a, que sea como a uno le gustaría que sea, se esta faltando al amor por esa persona, y si la otra persona accediera a esa propuesta de cambio estaría falto de amor a si mismo.
El amor es un encuentro de almas. Vivimos es un sistema que culturalmente nos condiciona a priorizar mucho mas lo material, el placer, el tener. Casi no tiene importancia lo que se es, sino lo que se aparenta ser delante de los demás. Las carencias afectivas van apareciendo en función del empeño que se pone por obtener lo que se nos ofrece para “ser”, una carrera por conseguir objetos materiales y por cosificarnos en tanto nos embellecemos por fuera y descuidamos el adentro. El “ser” que propone este sistema mercantilista, ha alejado los sentimientos y al amor de su verdadero cause, de su esencia.
Gracias a Dios, muchas personas comprendiéndose objetos, comienzan a darle importancia a su interior en la búsqueda de aquello que sienten que les falta para tornarse humanos; se dan cuenta que lo que tienen no los llena. Esta evolución del pensamiento y la experiencia humana, esta llevando a comprender cuales son las situaciones mas simples de la vida, así como, es necesario reconocer cuando un encuentro debe ser realmente importante.
No debemos olvidarnos quienes somos. Una raza sin alma pierde totalmente su esencia.
Sin ninguna duda, abrir el corazón nos coloca en una situación de vulnerabilidad.
El ser íntegros y sinceros, es a pesar de todo, lo que en verdad vale la pena.
En necesario asumir riesgos si uno quiere ir en búsquela de un amor sano y verdadero.
El verdadero amor es un encuentro en plenitud, los problemas y diferencias se toman como parte normal de la vida en pareja, es un camino que cada uno ha elegido transitar y la marcha se lleva a paso lento y cuidadoso cada día de sus vidas. Este proceso no es facil, pero es una de las cosas mas hermosas que ocurren cuando permitimos que el encuentro se produzca. Para ello, es necesario conocer los temores propios, abrirnos a ellos y que nuestra pareja los conozca.
La comunicación en el amor es elemental.
El ser conscientes de nuestras heridas y contarlas, es la única posibilidad que tenemos de sanarlas y que nuestra pareja pueda decidir acompañarnos en el camino de la vida.

* Autora: Psicologa Gabriela Murgo

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